Sales ricas en oligoelementos
Desde las minas de una remota montaña de Irán, bañada
antiguamente por el mar, hasta la isla de Molokai, en el archipiélago de Hawai,
donde la arcilla volcánica se sedimenta en el mar, pasando por el Himalaya,
cuya sal se formó hace 250 millones de años, La Chinata ha seleccionado estos
singulares rincones del mundo por la riqueza y peculiaridades de las sales que
allí se conservan desde la noche de los tiempos.
A primera vista, son estéticamente llamativas: color, brillo,
granulado irregular, por lo que en la mesa resultan muy decorativas. Pero lo
que realmente hace interesantes a estas sales es su composición: su riqueza en
minerales esenciales para el ser humano, como el hierro, el calcio, el potasio…
Además, por su origen las sitúan entre las sales más limpias y puras: proceden
de océanos que se secaron hace más de 200 millones de años, libres de cualquier
tipo de contaminación.
Dada su rápida solubilidad, se recomienda echar sobre los
alimentos justo al final, en el emplatado, para poder degustar su sabor y
disfrutar de su textura.
Ideal para carnes blancas, aves de corral, pescado, vinagretas
para ensaladas...
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